Formación en Valores desde los primeros años

¿Cómo evitar que nuestros hijos se dejen llevar por todo este mundo nuevo de inmediatismo, relatividad, tolerancia a lo intolerante, valer por lo que tienen y no por lo que son? ¿Como ayudarlos a que sepan definir por ellos mismos lo que está Bien y lo que está Mal, para sí mismos y para todos?

La respuesta está en la formación de Valores desde muy pequeñitos.

Cuando están pequeños, los niños no tienen muy claro lo que es correcto e incorrecto y se dejan llevar por las emociones. Por eso es importante que, a través de los padres, profesores y entornos más cercanos, se les vaya instruyendo en valores, explicados con una justificación y de manera que el niño entienda los beneficios del por qué hay que ser y comportarse de ciertas formas.

Empecemos con el Ejemplo que les damos. Nosotros como padres tenemos que ser conscientes de nuestra labor como agentes de cambio de las futuras generaciones, por lo tanto, seamos el espejo donde nuestros hijos quieren verse reflejados. Es muy importante dar ejemplo con nuestras actitudes y cada uno de nuestros actos.

Educar en valores es esencial e imprescindible en cualquier etapa de la vida, pero cobra especial importancia en edades más tempranas. Los valores hacen que las personas actuemos y nos comportemos tomando las decisiones adecuadas evitando producirnos daño a nosotros mismos y/o a la gente que nos rodea. Pero sabemos que no es una tarea fácil ya que es una cuestión de actitud permanente por parte de los padres.

¿Como empezar?

Comencemos desde pequeñitos a ayudarles a desarrollar su Autoestima, Empatía por los demás y Sensibilización en relación con los problemas de los otros y de esta forma se van fomentando desde los primeros años de vida el respeto y el valor propio y el de los demás.

La autoestima es el conjunto de sentimientos y pensamientos que tenemos de nosotros mismos. Por esto debemos fomentar los intentos, logros y alcances de objetivos de nuestros niños. Ayudarlos a entender que son queridos como Son, que tienen un valor único y nunca comparativo.
Los niños no nacen con sentimientos positivos o negativos acerca de ellos mismos. Esto lo aprenden de las cosas que les suceden, ven y/o escuchan. Por eso nos necesitan en todo momento, en situaciones buenas y malas debemos estar para escucharlos, explicarles y animarlos. Una Autoestima positiva les ayudará a alcanzar sus metas con la serenidad que da sentirse capaz y valorado.

El trabajo que hacemos no solo debe ser enseñarles a nuestros hijos a como recibir lo que viene del mundo exterior para metabolizarlo de una forma positiva y formativa, sino también, como deben dirigirse ellos hacia el mundo, hacia los demás. Aquí es cuando trabajamos la Empatía y la Sensibilización ante los problemas y situaciones de los demás.

La Empatía nos permite establecer vínculos más sólidos y positivos con los demás. Se define como la capacidad para reconocer y comprender sentimientos, ideas, conductas y actitudes de los demás y entender las circunstancias que les pueden afectar en situaciones concretas.  En lenguaje simple, es el valor de ponerse en el lugar del otro. Esto conlleva como en todo, un trabajo permanente de los padres quienes marcan el camino enseñándoles a ejercitar la Escucha Activa y el Apoyo emocional.

Cuando estamos trabajando Empatía, estamos trabajando al mismo tiempo Sensibilización a los problemas de los otros, y al avanzar, Generosidad y Amistad.

Lo más interesante de los Valores es que cada uno se va conectando con el otro, es un tejido, una vez vamos logrando trabajar uno de ellos, este sin darnos cuenta trae la siguiente puntada, un nuevo valor.

Es así como veremos aparecer los inicios de:

• El Respeto
• Tolerancia
• Sinceridad/Honestidad
• Disciplina/Orden
• Gratitud
• Perseverancia
• Humildad
• Responsabilidad

Son los padres quienes deciden hasta donde apoyar a fomentar cada uno de estos valores a través de su ejemplo, actitudes y acompañamiento, generando valores que harán parte de la personalidad de sus hijos.