El legendario jugador LeBron James es invitado por la productora Warner para participar en el mundo de las películas prestando su imagen para dar vida a varios personajes. Cuando el jugador da su negativa al proyecto, el algoritmo que ha creado la idea –un personaje antropomorfo de lo más fantasioso– decide vengarse y se las apañará para digitalizar a la estrella de la NBA y a su hijo pequeño y organizar después un enfrentamiento entre ellos en un partido de baloncesto virtual.
Una puesta al día de la célebre película baloncestística Space Jam. Veinticinco años después las estrellas deportivas han cambiado, pero también el uso de la tecnología y de la animación, así que el mítico Michael Jordan es ahora sustituido por el carismático LeBron James y se incluye en el espectáculo el universo de los videojuegos y una realidad virtual en donde hasta los algoritmos tienen vida propia. De fondo, el director ofrece una mínima historia dramática entre padre e hijo, pues como catalizador de ese nuevo mundo más moderno se introduce el personaje de Dom, un chaval triste porque su padre LeBron desoye sus prioridades en la vida y pretende convertirlo sólo en una copia de sí mismo. Aunque, por supuesto, ambos estarán llamados a entenderse.
Space Jam: Nuevas leyendas es entretenida y está llena de acción y de humor (el mejor gag es quizá el que se refiere a Michael Jordan). Lógicamente hay que entrar en la fantasiosa y alocada historia y dejarse ir con las tonterías de los clásicos personajes animados de Warner: Bugs Bunny, el Pato Lucas, Piolín, Abuelita, Coyote, Correcaminos, Lola Bunny, Porky, etc. Los más pequeños seguramente disfruten de lo lindo con las trastadas y la acelerada acción al estilo cartoon, un tanto aturullada y continua, mientras que los más adultos quizá enciendan su interruptor de la nostalgia con los personajes entrañables de Looney Tunes con los que crecieron. Pero no sólo hay espacio para ellos, pues a lo largo de la película se aprovecha para hacer un homenaje a todo el universo creativo de Warner y se incluyen numerosos guiños –y aun escenas– de grandes películas – Matrix, Casablanca– y personajes clásicos, como Superman, Batman, King Kong, Joker y un largo etcétera.
Visualmente la película es heredera del mundo virtual de los videojuegos. Por supuesto la interacción de imagen real y animada está perfeccionada al máximo. Los dibujos, por su parte, se entregan en sus dos modalidades, la original en dos dimensiones y la versión en 3D cuando tiene lugar el partido de baloncesto, con resultados estupendos. En cuanto a los actores, quizá LeBron James no tenga el salero de Michael Jordan, pero mejora con los minutos y tiene como rival a un descocado Don Cheadle que se ocupa de liderar la faceta interpretativa.
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