Navidad. Se acerca el 6 de enero, día de reyes, y la ciudad de Madrid se engalana de luces y adornos. Como cada año, los tres Reyes Magos –Melchor, Gaspar y Baltasar– recalan de incógnito en la misma pensión. Antes del día de Navidad deberán acudir junto con todos los seres mágicos de la Navidad a la C.H.U.S.M.A., o sea, al Comité de Hermandades Universales de Seres Mágicos y Asombrosos. Una vez allí la rivalidad con Papá Noel adquiere grandes proporciones, pues cada vez más niños ignoran a los reyes y prefieren a ese advenedizo, amante de la tecnología y del postureo. Sin embargo, las cosas cambian cuando Papá Noel es secuestrado por el malvado Krampus. Los Reyes Magos deberán salvarle si no quieren que la Navidad y todos los seres mágicos desaparezcan para siempre.
Simpática comedia navideña de carácter familiar, que cae bien sin ser la séptima maravilla del mundo y que sabe sacarle partido con gracia e imaginación a la competencia que desde hace años tienen en España los tradicionales Reyes Magos y el Papá Noel del norte de Europa (o el “yanqui” Santa Claus, que viene a ser lo mismo). Reyes contra Santa es sin lugar a dudas la mejor película de Paco Caballero (Amor de madre), que se ha rodeado de un nutrido equipo de guionistas que tiene la difícil misión de hacer mínimamente creíble la presencia de los Reyes Magos entre nosotros. Lo consiguen gracias al buen hacer de un elenco de actores estupendos, siempre cercanos y campechanos, en donde destaca sobremanera Karra Elejalde como el líder Melchor, bien secundado por un David Verdaguer cuyo Gaspar atraviesa por una severa crisis vital y no sabe si quedarse en el mundo con la chica que le hace tilín (Eva Ugarte).
Hay un humor continuo, sano y ocurrente, y en general es siempre divertida la trama de cómo se desenvuelven estos reyes simplones y cascarrabias, divertidos y ninguneados, que pretenden mantener viva una misión que llevan haciendo durante dos mil años: la de hacer felices a los niños de todo el mundo. Precisamente son ellos quienes pregonan que “no hay modernidad sin tradición”, sabias palabras que intentan inculcar en la divertida reunión de la C.H.U.S.M.A., en una larga secuencia que bebe algo de las historias de Harry Potter. Y funciona el contrapunto generado por el actor mexicano Andrés Almeida en el rol del vanidoso Papá Noel, que resulta ser más simplón de lo que parecía. Hay que aplaudir así la preferencia del film por nuestros queridos Reyes Magos de siempre, Melchor Gaspar y Baltasar.
Visualmente Reyes contra Santa es una producción modesta, quizá de hechuras algo limitadas en la puesta en escena, pero consigue salir del paso en los momentos más complicados: los cambios mágicos, los portales espaciotemporales y algunos pasajes en donde los efectos especiales tienen mayor relieve, como en las apariciones del Krampus. Respetuosa con las cuestiones navideñas de fondo, que aparte del prólogo apenas se mencionan, el conjunto desprende ternura y amor navideño y tiene un eminente carácter familiar y sencillo. Gustará a los espectadores más jóvenes, aunque la presencia del monstruo en las escenas finales quizá asuste algo a niños muy pequeños.
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